Twitter es la red social más abierta que existe. Carecer de
barreras entre usuarios es su mayor virtud y su mayor problema. Cualquier
persona está a un solo tuit de interactuar con un futbolista, un cantante o un
político. Por eso es la red social perfecta para enterarte de lo que pasa en el
mundo: la comunicación es global, sin muros virtuales y en tiempo real.
Pero esa inmediatez y facilidad de ser leído juega en su
contra también. Los que abusan y acosan tienen comunicación directa, y eso
ahoga y silencia muchas de las voces que merecen la pena ser escuchadas en la
red social.
El regreso de uno de sus fundadores, Jack Dorsey, ahora al
timón del barco como consejero delegado de la compañía, ha acelerado la toma de
medidas para intentar atajar el acoso a través de tres vías principales:
control de cuentas creadas solo para publicar contenido abusivo, mostrar solo
resultados seguros en las búsquedas y ofrecer un mayor control de
notificaciones a sus usuarios.
Twitter prometió tomar medidas para identificar a las
personas suspendidas del servicio que se crean cuentas solo para acosar y
emplear sus algoritmos de inteligencia artificial para detectar usuarios que
estén actuando al margen de las normas de la red social, aunque nadie les haya
reportado todavía.
"Hemos multiplicado por diez nuestra actuación sobre
cuentas abusivas cada día, en comparación con la misma fecha del año
anterior", afirma la compañía. "Además, limitamos la funcionalidad de
la cuenta o aplicamos suspensiones en miles de cuentas abusivas cada día".
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