INGREDIENTES
- 200 g de chocolate blanco
- 200 g de queso crema
- 6 huevos
PREPARACIÓN
Vamos a comenzar por separar las claras de las yemas en
diferentes tazones. Guarda las claras en el refrigerador. En un recipiente
hondo bate ligeramente el queso crema para que adquiera una textura cremosa.
Mientras tanto, derrite el chocolate blanco a baño maría o en el microondas,
haciendo una pausa cada 2 minutos para batirlo y verificar que no se queme.
Agrega el chocolate al queso crema e incorpora muy bien. A continuación añade
las yemas de huevo. Saca las claras del refrigerador y móntalas a punto de
nieve con una batidora eléctrica, hasta que queden muy firmes. Incorpóralas a
la mezcla con movimientos envolventes de abajo hacia arriba para que no pierdan
su consistencia.
Precalienta el horno a 170° C. Cuando tu mezcla esté lista,
engrasa un molde para horno. Toma un rollo de papel encerado de cocina y
recorta una tira de aproximadamente 20 cm de ancho, y de largo lo que sea
necesario para cubrir el molde. Coloca la tira en el interior del molde para
crear una barrera y así la tarta pueda esponjar sin desbordarse. Vierte la
mezcla, coloca el molde en una fuente un poco honda, cubre la fuente con agua
para cocinar a baño maría y coloca en el horno.
Hornea de la siguiente manera: 15 minutos a 170° C, 15
minutos a 160° C y 15 minutos con el horno apagado. Retira del horno, deja
enfriar en una rejilla para tartas, decora con azúcar glas o frutas frescas y
sirve acompañado de un té de jazmín o un café bien calientito. ¡Verás que es
una verdadera delicia!
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